Dra. Patricia Cordella (1), Ps. Isidora
de la Fuente (2), Dra. Bernardita Prado (3).Ps. Francisca
González (4)
(1) Profesor adjunto Universidad Católica. Psiquiatra,
Magíster Psicología, PH. Semiótica
(2,4) Dpto. Psiquiatría Universidad Católica. Psicóloga
Clínica, Unidad de investigación de Trastornos Alimentarios
(3) Centro de salud Adolescente Serjoven, Universidad de
Chile. Médico Magíster Nutrición
RESUMEN
La imagen corporal es una construcción cognitiva,
precursora de la identidad, basada en la
experiencia del espejo. La madre y el niño usan este dispositivo externo en un
juego representacional complejo anterior al lenguaje.
Objetivo: Describir y analizar la interacción
niño-espejo, y el juego madre-hijo-espejo, para identificar la construcción de
realidades y representaciones en niños pre-verbales comparando dos poblaciones
chilenas de diferente cultura.
Pacientes y métodos: Estudio cuali-cuantitativo, no experimental, descriptivo y
comparativo donde se crean categorías de interacción entre la madre y el niño
ante el espejo y se evalúa su asociación con variables sociodemográficas. Se evalúan 49
videos de interacciones madre-hijo urbanos y rural-mapuches en presencia de un
espejo durante el comer y dar de comer,
emergen categorías
interacciónales que a su vez constituyen
el instrumento de observación utilizado.
Resultados: Se reconocen formas de juego desde la
perspectiva del niño y la diada madre-hijo en distintos grados de complejidad
cognitiva y relacional, observándose diferencias significativas entre ambas
poblaciones. Los niños urbanos hacen juego
integrado (p .0013) y juego de a cuatro (p .001), mientras los mapuche juegan
más solos (p .0014). Los > 13 meses hacen juegos más complejos (p .026). El juego
paralelo, no mirar el espejo y juego
diádico se correlacionan positivamente
con la madre rural mapuche conviviente y si hay antecedentes de
alcoholismo y depresión, hacen más juego de a cuatro.
Conclusiones: Se aportan categorías de observación y
estadios de complejidad relacional delante del espejo que dan cuenta del
desarrollo cognitivo y relacional del niño. Se evidencian diferencias en las
poblaciones estudiadas posiblemente por diferencias culturales. Se sugiere
utilizarlo como diagnóstico y seguimiento del desarrollo.
Palabras claves: Desarrollo Infantil, Interacción
cultural, Evaluación del desarrollo
ABSTRACT
Body image is a cognitive construction based on mirror experience and it
is a precursor of identity. The mirror is used by mothers and her child in a
complex playing in order to achieve a representational world before language
installing
Objective: To describe and analyze mirror game in preverbal children and
to compare it in two different Chilean cultures.
Patients and Method: Quali-Quantitative
study , no experimental, descriptive and comparative where were created
interaction categories baby-mother in
front of the mirror and correlated with sociodemographic variables.There are
analyzed 49 video recorders of interaction between mothers and their child
during feeding time with a mirror in the consulting medical box.
Results: Different mirror game patterns are recognized according to
child and mother-child dyad perspective, showing varied cognitive and
relational complexity with significant differences between both populations.
Urban children play an integrative mirror game( p .0013) and a complex four
mirror game(p .001).Mapuche children play alone ( p .0014) .Children up 13
months play complex game ( p .026).Correlations between mirror game pattern and
sociodemographic variables indicate that parallel game, no mirror gaze and
dyadic game correlates positively with rural no-married mother living together with the father. Alcoholism
and depression family history correlates with a complex game.
Conclusion: Characteristics of mirror game in preverbal children are
different in different cultures. This game is a simple form to show and
evaluate cognitive and relational development. It suggests introduce it in
pediatric assessment like a development instrument.
KEY WORDS: Child Development; Cultural Interaction; Development Test
INTRODUCCIÓN
El espejo es un dispositivo que participa en la construcción de la imagen
corporal y en los procesos cognitivos involucrados en ella durante la infancia[1] La
madre y el hijo construyen, con el espejo, un juego de realidades y
representaciones. [2] [3]La
experiencia del espejo produce una experiencia de disyunción entre lo que se siente y lo que
se ve del cuerpo. Se inauguran
así por una parte la representación del cuerpo y por otra la conciencia
experiencial del mismo dentro de una dimensión imaginaria.[4]
El espacio imaginario es esencial para los procesos
cognitivos, es allí donde el niño prefigura o recuerda experiencias además de
organizar o corregir acciones futuras.[5]
Pocos estudios dan cuenta
de cómo ocurre este proceso. El
auto-reconocimiento en el espejo se ha reportado entre los 6 y 18 meses de
edad, y se entiende que es una prueba de inteligencia.[6]Se ha
usado, incluso en primates la prueba
del espejo para determinar en qué
momento se reconoce el propio cuerpo en la imagen reflejada. [7] [8] [9] [10].Esto
requiere de una operación simbólica por
parte del sujeto ya que, debe transformar su propia experiencia fisiológica en
“algo” que la
representa. Se trata del momento de la primera relación
consigo mismo, donde el yo resulta
de identificarse con la propia imagen
especular. Estas primeras representaciones facilitan la adquisición del
lenguaje y con éste la amplia interacción social.[11]
Las teorías del desarrollo tienden a coincidir en que el auto-conocimiento se desarrolla al mismo
tiempo que reconocemos a los demás y que
esto ocurre en el contexto de las relaciones madre-hijo [12] [13].
Cuando madre e hijo se miran al espejo aparece un proceso de
homologación. Se trata de un modo de aprendizaje del “estado del sistema del
otro” que no requiere de palabras y es lo que se ha denominado comunicación
entre hemisferios derechos[14].
Por esto, el espejo aparece
como una herramienta útil en el proceso de construcción de la psiquis tanto en
la dimensión imaginaria como simbólica[15]. El
espejo facilita tanto el auto-reconocimiento, la identificación de sí mismo, la
integración sensorial como el complejo llamado sensorio-motor-cognitivo
denominado imagen corporal. No se trata de integrar un espejo-objeto, sino de
un espejo-juego en el cual un adulto, ya
iniciado en la simbolización, guía hacia el lenguaje y la abstracción en la
tarea cognitiva del imaginario.
Se
podría pensar que en las culturas que no utilizan el espejo para retroalimentar
la imagen de la propia identidad, las personas quedarían con una visión parcial
de sí mismas ya que sólo podrían configurar su identidad a través del relato
que otros hagan de ellos. Por el contrario, en las culturas que utilizan el
espejo, cada cual puede sumar e integrar
su propio a la imagen de sí mismo.
La introducción del espejo en la cultura
latinoamericana fue un suceso y una novedad. Los pueblos autóctonos no podían
reconocerse sin el aparato de observación. Al verse se pudo generar un
imaginario personal y colectivo. Se
proveería de imágenes que suman al concepto de hombre y que serían distintivos
entre grupos similares. Los mapuches pueden haber construido su identidad
cultural gracias a estos “espejos míticos” que les permitieron generar una idea
de lo que es ser mapuche, conformando una clara definición de lo
que es pertenecer y formar parte de un grupo.
La hipótesis de este estudio es que estos juegos con el
espejo son más complejos en la medida que la cultura materna haya integrado el
espejo como parte del operar identitario. Se comparan dos culturas chilenas:
urbanas y rural mapuche de modo de dar cuenta de las diferencias producidas entre
ambas.
El objetivo de este
estudio fue describir y comparar tanto
la interacción del niño con el espejo como el juego que se crea entre la madre,
el hijo y un espejo. Esto se realiza
durante una práctica de la crianza como es la de comer y dar de comer de
modo de focalizar la atención en la alimentación y dejar que surja
espontáneamente la interacción con el espejo. Se comparan díadas madre-bebé urbana y
rural de cultura Mapuche en Chile.Se logra así caracterizar los tipos de juego que se organizan con el
espejo y se aportan las bases de un futuro instrumento de diagnóstico y
seguimiento del desarrollo infantil.
PACIENTES Y MÉTODO
Diseño
Se
trata de un estudio cuali-cuantitativo de diseño no experimental, descriptivo y
comparativo donde se crean categorías de interacción entre la madre y el niño
ante el espejo y se evalúa su asociación con variables sociodemográficas.
Participantes y Caracterización de la Muestra
Se reclutó un total de 49 díadas (madres hijos) de los cuales 30
provenían de zona urbana y 19 de zona rural mapuche, consultantes al control de
salud. Este número de observaciones es suficiente para un estudio cualitativo exploratorio y descriptivo de variables no
cuantificadas con antelación. Los criterios de inclusión fueron: ser diada
asistente a control sano entre los 6 y 18 meses, aceptar participar y ser
controlado habitualmente en consultorio de referencia (Santiago: Centro Médico San Joaquín; Región
Metropolitana de Chile durante el mes de diciembre, 2007, y en zona rural
mapuche: Consultorio de Lumaco Región de la Araucanía de Chile durante el mes
de febrero, 2008). Los criterios de exclusión fueron: edad fuera de rango y
presencia de morbilidad . Se informó a sus padres que su
participación era voluntaria y confidencial, y firmaron una carta de
consentimiento.
Instrumentos
Se
construyó un instrumento de microobservación (segundo a segundo) y descripción
de la interacción del niño con el espejo y de la madre y el niño con el espejo.
El instrumento se crea con las categorías
emergentes utilizando la metodología grounded
theory luego de transliterar las imágenes filmadas y consensuarlas con
equipo investigador. No hay referencias en la literatura de instrumentos de
esta clase.
Procedimientos
Se aplicó un cuestionario sociodemográfico donde
se obtuvo información del niño (sexo, edad, antecedentes del embarazo y parto,
peso y talla al nacer, curva de peso), de su madre (edad, estado civil,
educación y nivel de ingresos) y de la familia (presencia de factores de riesgo
como alcoholismo, depresión, maltrato, entre otros).
Con el propósito de analizar el juego del espejo
durante el comer y dar de comer, se
diseñó una escena con un espejo unidireccional en el cual se reflejaban madre e
hijo mientras daba de comer un colado de fruta entregado sellado. El bebé estaba en una
silla nido a la altura de la madre (sobre la camilla) de modo que podían
mirarse ojo a ojo a la misma altura. Al otro lado del espejo filmaban tres cámaras que registraban de
inicio a fin la interacción diádica (entre 3 y 14 minutos) durante
la situación de alimentación controlada. Las tres cámaras enfocaban a la
madre, al hijo y a la relación de ambos. Se
recogieron las imágenes que se editaron en un solo cuadro
para facilitar el análisis interaccional.
Luego se filmó la interacción
de las díadas durante una situación de alimentación, sin ninguna instrucción
específica al respecto, dependiendo de cada díada.
Análisis de Datos
Para el análisis de datos se utilizó el método de
microanálisis[16] por
un grupo entrenado de 5 personas, interjueces que acordaron la inclusión en las
categorías. Se transliteran segundo a segundo las observaciones en un texto
consensuado por arbitraje. Se clasifican las acciones obteniendo categorías emergentes
que constituyen al mismo tiempo el instrumento aplicado. Esto permite reconocer
y comparar los actos observados tanto en el niño, la madre y la diada en un
solo corte temporal.
Tanto la madre como el
niño podían optar por negar la presencia de sus imágenes o incorporarlas a la
interacción en el comer y dar de comer. Se describe estas formas y se utilizan
para cuantificarlas y compararlas.
El análisis estadístico de
los resultados, obtenidos a partir de la comparación de ambos grupos (muestra
urbana y mapuche), se llevó a cabo mediante test no paramétricos con el
programa SigmaSTAT. Se utilizó test exacto de Fisher para analizar variables
dicotómicas, y Mann-Whitney test para analizar variables cuantitativas. Para
analizar las diferencias según edad del niño se clasificaron en tres grupos de
edades: menor o igual a 9 meses, 10
a 12 meses, y mayor o igual a 13 meses de edad,
basándose en criterios de desarrollo cognitivo-motor En todos los casos se
consideró un intervalo de confianza de 95, asignándose significancia estadística con un p valor
< 0,05. La correlación de
variables sociodemográficas y cuantitativas se realizó mediante el test de
correlación de Spearman, considerándose una correlación significativa con p<
0,05 En la muestra urbana fue mas frecuente el grupo soltera o casada civil, mientras que la muestra mapuche
soltera o conviviendo. En la muestra urbana el nivel de educación mas frecuente
fue profesional o en enseñanza media completa, mientras en la mapuche
enseñanza básica completa y media completa.
RESULTADOS
Características de la población estudiada (Tabla 1) No
hay diferencias entre los niños. Entre las madres hay diferencias en: cesáreas,
ingresos y nivel educacional siendo mayores en las urbanas.
Luego de trasliterar las interacciones desde los videos se procedieron a categorizar los
juegos del espejo según se observan
durante el momento de la filmación: (Tabla 2)
1-Desde el
punto de vista del niño: Como juega el niño en el espejo Integrado; Paralelo; Disociado
2-Desde el punto de vista relacional madre-hijo: En el juego del espejo se despliegan diferentes
configuraciones que integran al juego las imágenes del espejo. En orden
creciente de complejidad se nominan como: Juego individual no diádico; Juego
individual diádico; Juego diádico de a tres; Juego diádico de a cuatro.
a. Análisis comparativo desde
el punto de vista del niño
entre urbanos y rurales mapuche
Los niños urbanos juegan integrando el espejo al comer y dar de comer en
forma significativamente mayor que los rurales mapuche. (Tabla 3)
b. Análisis comparativo desde
el punto de vista relacional madre-hijo entre diadas urbano y rural mapuche
Las diadas urbanas configuran juegos más complejos que la rural mapuche
integrando las imágenes de cada participante. (Tabla 4).
c. Análisis comparativo según edad (en meses) del
tiempo utilizado durante la actividad comer y dar de comer según diadas urbano y rural mapuche
Los niños mayores de 13 meses son capaces de hacer un juego más complejo
que los menores. p< 0,026
d. Correlación de las formas de juego desde punto de vista del niño y configuraciones relacionales diádicas con
las variables sociodemográficas (estado civil,
nivel de educación, antecedente familiar de OH, de depresión y de obesidad.)
En la población urbana, las formas de juego del niño no
presentan correlación
significativa con las variables sociodemográficas estudiadas. En cambio, las
configuraciones relacionales diádicas mostraron una correlación positiva entre el estado civil
casada y la configuración de juego individual no diádico de la madre con un coeficiente
r 0,405 (p 0,026 )
En la población rural mapuche se encontró
una correlación positiva entre el estado
civil “conviviente” y la forma de juego paralela, coeficiente de
correlación r 0,552 (p 0,014) y con la configuración juego diádico (coeficiente
0,583 y p 0,009).Pero una correlación negativa entre el estado civil “conviviente”
y la forma “no mira al espejo” (coeficiente -0,498 y p 0,029). Además, se observó una correlación positiva
entre los antecedente familiares de alcoholismo y de depresión con la
configuración diádica de a 4, coeficiente 0,504 ( p 0,027) y coeficiente 0,518 (p
0,023), respectivamente.
DISCUSIÓN
El espejo es un dispositivo usado de manera diferente por el niño, la
madre y la diada, según la cultura donde ocurre el desarrollo infantil. [17][18] [19] La
importancia de su uso está en la participación
que tiene para la construcción de
la identidad personal y cultural. El espejo les permite
reflejarse y reconocerse, generando el núcleo central de la identidad.
Este
estudio contribuye con instalar categorías de observación para el juego del
espejo y
aplicarlas en dos
poblaciones chilenas de cultura diferente.Los datos aportaron distinciones para las formas de
juego realizadas por el niño, la madre y la diada mostrando distintos grados de complejidad cognitiva y
relacional.
Se denominó formas de juego a las ejecuciones
observadas en los niños. Los grados de
complejidad van desde: un juego disociado (o se mira o come); otro
paralelo (come y se mira sin saber que es el mismo en la imagen); finalmente
uno integrado (entiende que el de la imagen y él son uno solo).
A las ejecuciones de la diada se llamaron configuraciones.El grado de complejidad va en aumento en la
medida que el juego incorpora la participación de cada uno de los cuatro
elementos del juego: el niño, la madre,
la imagen materna y la imagen del niño (los cuerpos materiales y sus imágenes).
Al comparar las conductas entre la población urbana
y rural mapuche nos encontramos que en la cultura urbana el niño realiza un
juego integrado, es decir, va trenzando el comer y el jugar con el espejo
haciendo de la actividad una sola cosa, mientras el niño rural mapuche tiende a
disociar la actividad de modo que, o juega o come. Puede que el niño rural
mapuche al sorprenderse con su imagen quede capturado.
Otra diferencia está en cómo las diadas se organizan
frente a este dispositivo. Las urbanas
tienden a situarse en un estadio complejo del juego del espejo donde circulan
tanto lo inmaterial de la imagen como lo material de los cuerpos. Los
niños rurales mapuches juegan más que
sus madres. Las razones de porqué la madre no se integra al juego del espejo,
pueden ser variadas. Es posible que la cultura rural mapuche no valore el
espejo como un elemento que contribuye al desarrollo de identidad y que, por lo
tanto, no se utilice, ya, en la edad adulta. Otra hipótesis es que las madres
rural mapuche enfrentadas a realizar una tarea como la propuesta, focalicen su
acción en ella sin la distracción de un espejo. Puede que la relación con el
equipo de salud sea de acatamiento de instrucciones, especialmente si están
bajo el control de una cámara. Tal vez incluir el espejo, es percibido como
saltarse el procedimiento solicitado (darle de comer al niño).
Es en la
medida que la configuración del juego del espejo se complejiza, que el espejo
adquiere una función deíctica, imitativa,[20] de
reconocimiento y estimulación de otras actividades, como en este caso el comer.
Por otra parte, como era de esperar, los niños sobre
los 13 meses usan más tiempo en el espejo que los más pequeños y lo usan más
frecuentemente en un juego complejo que incluye las representaciones de ambos
jugadores. Esto lo hacen más los niños urbanos que los mapuches. Ya que no hubo diferencias significativas en el resto de los grupos
estudiados por edad (menor o igual a 9 meses, y edad entre 10 y 12 meses)
podemos pensar que los niños urbanos cercanos al año de edad complejizan sus
representaciones siendo capaces de integrar imagen (representación de objetos y
personas) y personas y objetos reales y que esto es evidente al analizar el
juego del espejo con la pauta de análisis propuesta.
El tipo de
juego de los niños urbanos no se relacionó con ninguna variable sociodemográficas
estudiada. Las madres urbanas en cambio, si son casadas, se miran ellas mismas más
al espejo que las rurales mapuche. Elementos de la cultura urbana en la mujer
casada podrían predisponer aun chequeo
frecuente y automático de la imagen ajustando
estándares de estética y belleza[21]. Todo lo anterior sería objeto
de otros estudios de exploración en la identidad de la mujer urbana chilena y
la relación son su imagen corporal.
En las correlaciones de la población rural mapuche la convivencia se
desplaza en conjunto con los juegos paralelos de los hijos y el no mirar al
espejo. Esto podría sugerir que los niños, hijos de una convivencia, podrían
estar menos expuestos al espejo y ante su presencia lo exploran en forma
prioritaria (juego diádico entre el niño y su imagen) o simplemente no lo
reconocen como artefacto de interacción. Sería interesante explorar qué
juegos propios de esa cultura facilitan el desarrollo del imaginario[22].
La cultura rural mapuche es más integradora de los elementos sociales,
religiosos y culturales, [23]
[24]
[25]
opera con lógicas inclusivas más que disociativas como la que produce el
espejo, por lo cual puede que no sea una experiencia congruente con su
tradición y por lo tanto carecer de significado para este grupo cultural.
Es interesante notar que cuando hay
antecedentes de alcoholismo o depresión transgeneracional se instala el juego complejo. El antecedente familiar de
patología psíquica afecta el sistema afectivo de la familia. Esto suele generar
estados de disconfort, agresión y abandono constituyéndose para algunos de sus
miembros como trauma psíquico. Se podría
comprender que estas madres participen más activamente en el espejo y por lo
mismo construyan juegos más complejos con sus hijos como una forma de reparar o
prevenir el daño psíquico a las que ellas estuvieron sujetas. Esto requeriría
nuevos estudios para confirmarlo.
A propósito de lo observado se propone un
modelo de comprensión del juego del espejo según los siguientes estadios de desarrollo: Estadio uno: El cuerpo y la imagen del cuerpo en el espejo se
comienzan a integrar. El niño se mueve y ve ese movimiento en el espejo.. Es un
juego
gozoso para el niño que le captura toda su atención. Estadio dos:
La imagen del cuerpo vivenciado es
reconocida por el otro. La madre le presenta a su hijo la imagen de sí mismo y
la bautiza con su nombre cargando positivamente esa imagen. Estadio tres:
La imagen y el cuerpo son intercambiables por el otro (operación de
homologación). La madre trata a la imagen como si fuera el propio hijo. Estadio
cuatro: Ambos pueden realizar las operaciones de intercambio entre cuerpo e
imagen haciendo de esto un juego conjunto.
La imagen en el espejo
cobra sentido para el niño a través de estos estadios ya que se van integrando
presencias de dimensiones diferentes, imagen inmaterial y cuerpo material las
cuales se reconocen al mismo tiempo que se desdoblan. El niño abre sus
posibilidades relacionales ya que ahora no es sólo con lo que se toca que otros
pueden estar conectados con él, sino con eso que se ve de él, entonces aprende
que él es cuerpo e imagen y que a ambos es necesario administrar.
A
partir de las observaciones de este estudio surgen proyecciones hacia el
quehacer pediátrico. El espejo tiene una función en la construcción de la
identidad del niño[26] y puede
ser un modo sencillo de evaluar su desarrollo cognitivo y la participación de
la madre en el mismo durante la consulta pediátrica. No hay estudios al
respecto y esto es una limitación de esta investigación, ya que no es posible
compararla.
Por
otra parte, es posible contar con un
espejo en todas las casas, y sería de interés utilizar este dispositivo para
facilitar el desarrollo tanto del vínculo madre-hijo como de los aspectos
afecto-relacional-cognitivos envueltos en él [27][28]. De este modo se favorecería el desarrollo de la
identidad tanto individual como genérica y grupal.
Finalmente el
espejo constituye una herramienta relevante en el desarrollo de la identidad
individual y genérica en la especie humana. El juego del espejo puede tener
distintas configuraciones las que favorecen las posibilidades relacionales del
niño, el desarrollo del vínculo madre-hijo y potencian los aspectos cognitivos
envueltos en él por lo cual el uso de las pautas sugeridas puede ser de ayuda
en la evaluación del desarrollo infantil a través del juego del espejo
descrito. En conclusión se aportan categorías de observación y se presentan los
estadios de complejidad relacional delante del espejo los cuales evalúan el
desarrollo cognitivo y relacional del niño evidenciándose diferencias culturales . Se sugiere utilizar el modelo y
el instrumento presentados como
diagnóstico y seguimiento del desarrollo.
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